miércoles, 14 de mayo de 2014

Prólogo nuestro al poemario Cantos de Querubín I


Si el hombre es lo que ha vivido, conocer esto adquiere especial importancia cuando de la obra de un poeta se trata, pues allí estarán las claves fundamentales en donde se cimentará su obra. Sabemos que el escritor, en este caso el poeta, tiene la facultad de ser muchos individuos, por esa capacidad de empatía que lo habita, y que le permite sentir y saber lo que sus semejantes gozaron, sufrieron, etc., no importa el tiempo y la distancia que medie entre él y los demás, distancia y tiempo que pueden ir en todas las direcciones posibles, pero es del verdadero poeta quebrar con su arte estas barreras que parecen insalvables.


Cantos de Querubín I, el poemario que tengo en mis manos, es una obra generosa con la poesía, que nos brinda la oportunidad de elevarnos a alturas sublimes para ser testigos privilegiados de las maravillosas visiones de un ser dotado de luz y transparencia, capaz de ver sus paisajes espaciales con el ojo revelador de aquel que es idóneo en mirar la verdadera belleza de las cosas. De aquel que ha podido conservar su espiritualidad libre de las máculas que contaminan a las personas que sucumben al tráfico diario de las pasiones, de los que se intoxican en pos de los sueños y falsos espejismos, que perdieron la capacidad de contemplar las cosas en su auténtica dimensión. 

Algunos poetas, y es el caso de Querubín, nos presentan claves geográficas para comunicar sus emociones y pensamientos, en este sentido el autor es directo para ubicarnos en un plano determinado, para ello usa referencias precisas y remarcadas con nombres de lugares reales, amén que nos señala la fecha y sitio del génesis de los poemas, sin duda, una guía segura para trasegar por sus palabras y comprender su estado emocional al momento de emprender el acto poético, el cual, sin temor a equivocarnos, trasciende lo anecdótico, que es el cieno peligroso donde perecen muchos intentos creativos.

Pero uno de los aspectos que más valoro del libro es el respeto y la reivindicación de lo vernáculo, de la memoria ancestral, de la belleza de nuestra identidad Caribe, del regreso a la grandeza de nuestros antepasados aborígenes, del conocimiento transportado a lo poético, porque no se trata de referenciar la historia como dato de biblioteca, sino amasar el barro del saber y transmutarlo en poema, en poesía, que es donde se muestran los verdaderos poetas. Y en su texto sobre las parejas ancestrales recrea con palabras pasadas por el esmeril del arte, todo el paraíso perdido, nunca más recuperado, y solo avizorado desde la retrospectiva estética del poeta.

El trabajo literario de Querubín Imperio rezuma nostalgia, ese lugar de la memoria donde la vida tiene un sentido pleno, donde todo nos pertenece, donde los amigos, la familia, los lugares están a salvo del dolor y la tristeza, la época de los tesoros vivenciales, y el poeta vuelve a la evocación para compartir con nosotros esos momentos irrepetibles, donde seguramente fue adquiriendo la preciosa savia, el germen esplendoroso de la poesía, porque al poeta lo construye la vida, y va haciendo que las palabras signifiquen ello, su modo definitivo de ser.

Cantos de Querubín, es un canto a la totalidad, porque sus palabras buscan interpretar los aspectos del ser, desde el amor (eros, incluido), la muerte, la tristeza, el homenaje a la matria (al decir de Unamuno refiriéndose a la ciudad de nacimiento), y qué decir del Caribe, su mar, sus costas, su Barranquilla, su gente, es el verdadero tributo de un hombre que ama su tierra, que vive sus pasiones, que lanza con este poemario sus voces al viento, al mundo de los libros. 

Su estilo tiene innegables reflejos clásicos, y su voz poética se eleva en ciertos textos, acertado lirismo que requieren determinados poemas. También acierta cuando introduce partes de notas periodísticas reales en su poema Sin mediar palabra, que son riesgos necesarios cuando se maneja el oficio y se quiere dar un aporte desde lo estético y lo crítico, pero también aprieta las riendas cuando hay que se parco en el verbo, para que no se extravíe lo que se quiere expresar, equilibrio que es de pocos, pues es muy fácil sucumbir a la tentación de dejar que lo ornamental se apodere del poema. 

Desde mi óptica, solo le pido a un autor respeto por la palabra, sinceridad y autenticidad en su poesía, que se sienta su humanidad, sea desde lo personal o lo empático con las demás personas, que evite las orlas innecesarias y vanas, que su preocupación sea el sentido que quiere darle a su poema, que se sienta la vida en el texto. Y en mi sentir, después de haberme gozado el poemario, el poeta consigue estas exigencias, obviamente muy personales, pero que sirven para expresar mi satisfacción con este trabajo literario, que pronto estará en las manos de muchos lectores.

En resumen, con este libro, el poeta Querubín Imperio nos demuestra que vale la pena seguir confiando en la poesía, en sus posibilidades de brindarnos fe en el mañana, de saber que el arte nos permite escuchar una voz que disienta de las falsas verdades, de los totalitarismos que asfixian al ser humano. Siendo así, sea bienvenido Cantos de Querubin.


Juan Carlos Céspedes Acosta
Cartagena de Indias, 29 de abril de 2014

1 comentario:

QUERUBIN dijo...

GRACIAS HERMANO POETA; SEGUIREMOS EN LA BREGA, POR EL CAMINO DE LAS PALABRAS
ATTE.,

QUERUBÍN IMPERIO

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