lunes, 11 de noviembre de 2013

Presentación del libro de cuentos "Fantasmas de este mundo" de Aurelio Pizarro


Fantasmas de este mundo

Por Juan Carlos Céspedes Acosta

Harold Bloom, el gran crítico neoyorquino, considera al cuento moderno dividido en dos tradiciones diferenciadas, la chejoviana y la kafkiano - borgiana. Algún otro preguntaría por Cortázar, pero considero que el argentino no alcanza a crear un tercer camino, pienso que se ajusta más a la kafkiano – borgiana, aunque todos los escritores puedan, en determinados momentos, pasar de una tradición a otra, pero esto no les da mérito para escriturar una tercera posibilidad. O por lo menos, no es conocido aún quien tal cosa haya hecho.

Y comienzo diciendo esto, para hablar de “Fantasmas de este mundo”, el libro de cuentos del escritor Aurelio Pizarro. No hay que devanarse la cabeza para saber que este maravilloso libro entra en el sector de lo kafkiano – borgiano, esto lo sabremos desde sus primeras páginas, cuando un universo de realidades paralelas se nos muestra con todas sus tonalidades que nos atrapa, nos seduce y nos hace partícipes de las palabras del autor, que nos lleva vertiginosamente hacia lo inevitable.

Son cuentos que funcionan de manera independiente, pero también como un todo. Esta obra me hizo recordar el Elogio de la Madrastra, de Mario Vargas Llosa, no en estilo, que son totalmente distintos, sino en que cada título funciona como una obra concluida en sí misma. Explico, cada cuento funciona en solitario, pero también construyen una historia que la arman varios cuentos. 

El gran arte de Aurelio es hacer que las cosas imposibles que suceden frente a nuestros ojos, sean absolutamente creíbles, tanto que entramos en la tensión de los eventos como si estuviéramos presentes en escena y pudiéramos escuchar, oler, sentir cada situación de los personajes. Y es en este aspecto donde se estrellan múltiples intentonas de escritores que no logran despertar nuestros sentidos, sino, por el contrario, aplican a sus palabras fuertes narcóticos que nos mandan al mundo del libro cerrado, abandonado, arrojado lejos.

Una de las cosas que más me preocupa cuando leo cuentos de autores colombianos, es la incapacidad de quitarse de encima la terrible influencia de García Márquez, un hermano mayor que ha devorado a muchos, pero cuando comencé a leer “Fantasmas de este mundo”, sentí un profundo alivio, no encontré a Gabo por ninguna parte. Y aclaro, no es que sea malo tener influencias, porque a la larga todos somos influenciados, pero las influencias hay que saberlas manejar y decantar. 

A mí me parece ver mucho de Edgar Allan Poe, quien decía que  un cuento es algo que se lee de una sentada, y ello es lo que sucede con los cuentos de Aurelio Pizarro, uno quiere saber ya lo que pasa, no está uno dispuesto a dejar la lectura para después. Pero también me hace sentir al Borges del magistral manejo de los laberintos y el eterno juego de los espejos, temas que van más allá de lo evidente, de lo simple, del estricto sentido de estas dos palabras, porque hay muchas formas de extraviar y de multiplicar a los personajes en un cuento o en una novela. Borges, quien nos enseñó que se puede hablar de lo fantástico con una naturalidad pasmosa, nos prepara para este libro, en él hay cuentos que nuestro raciocinio nos dice que no pueden ser cierto, pero uno cede y se deja llevar a ese mundo donde todo es factible, donde se cruza constantemente la delgada frontera entre lo posible y lo imposible. El escritor que logre disolver esa línea, tiene al lector de su parte, Pizarro logra convencernos de que esa línea no existe.

Pero si hablamos de lo fantástico, podemos hacer nuestras las palabras del lingüista y crítico literario búlgaro Tzvetan Todorov, quien nos dice que lo fantástico es el tiempo de la incertidumbre, la distancia entre lo insólito y lo maravilloso, entre lo racional y lo sobrenatural. Y yo agregaría, entre lo que sucede y lo que nos imaginamos.

Otra de las asignaturas que pierde a los nóveles escritores es el manejo del tiempo. En este libro de cuentos el manejo del tiempo es pulcro, los personajes están, de pronto salen del presente a un plano distinto y con un golpe de palabras del autor, vuelven a estar en un presente siempre dudoso, porque cualquier cosa puede pasar ante nosotros.

 A veces me sentí encarnando a Hércules Poirot, el célebre personaje de la británica Agatha Christie, tratando de resolver los acertijos que esta colección de cuentos nos propone, ¡y vaya que se convierte en un reto, el estar a la altura de la creatividad del escritor Aurelio Pizarro! Porque este libro es para el lector o la lectora “macho”, de quien nos hablara Cortázar, pues nuestra actividad será muy vital a la hora de embarcarnos en los finos misterios que el libro nos depara.

Hay un mito que hay que desbaratar de una vez y para siempre, y es el creer que en la literatura fantástica se  debe utilizar un lenguaje extraño, órfico, propio de iniciados, hermético, donde solo pueden entrar los que memoricen la clave secreta. Nada de eso, Aurelio nos demuestra que esto no es cierto, que las palabras del libro son las de todos los días, las que utilizamos y manejamos, porque el arte del escritor es saber manejar las palabras, saberlas combinar, llevarlas de las riendas como los caballos de paso fino, así que no tendrá que cargar un diccionario especializado, ni deberá comprar otro libro paralelo, como en el caso de “El péndulo de Foucault” de Umberto Eco, para poder comprender las historias.

Una pregunta nos asalta, ¿está presente Kafka?, seguramente, pues si está Borges, el espíritu del praguense también lo estará de manera implícita. Pero lo más importante es que Aurelio deja su sello personal por encima de cualquiera de esos nombres por mí enunciados, y en esto consiste la madurez de un escritor, en encontrar su propio estilo. su propia voz. Esto lo podrán comprobar ustedes cuando tengan en sus manos el libro “Fantasmas de este mundo”.

Ahora me resta decir a los aquí presentes, que se hagan al libro, no se arrepentirán, ah, y no he querido hacer mención directa de cada uno de los cuentos y sus personajes, como hacen algunos comentaristas, porque no deseo condicionar a nadie, sino que el deslumbramiento se dé en cada uno al momento de leer el libro.  

No hay comentarios:

© Todos los textos son de propiedad exclusiva de Juan Carlos Céspedes (Siddartha)

El material de este blog puede ser reproducido citando la fuente y el autor

La otra orilla…
Todos los poetas hablan de ella
Pero no hay otra
Esta es la única.

Te ofrezco mi amistad.

Tres poemas de mi cosecha

Un viaje por la fotografía.

El Oráculo de Sidarzia

Un minicuento