viernes, 24 de febrero de 2012

El francotirador, esa forma de la muerte.




EL FRANCOTIRADOR

Este rifle pesa
porque la muerte duerme dentro de él

Siempre recuerdo el primer disparo
justo en la frente
Nadie celebró mi arte
pero bastó ser mi testigo

Noches de insomnio
drogas para calmar los nervios
La imagen de ese hombre cayendo
pasaba constante ante mí

Antes no dormía, hoy ya no importa
he asesinado personas que son sólo sombras
Por plata o por pasión
es como jugar a Dios…

La sensación del dedo en el gatillo
es indescriptible
Uso silenciador, rayo silente y mortal
cuando no, el ruido de la detonación
me lleva al paroxismo

Tengo el rifle apoyado en mi hombro
Matar es fácil
si no tienes religión en la cabeza

Observo por la mirilla a una mujer
no es mi objetivo pero igual la tengo
¡Sería tan elemental!
podría partir en dos su corazón

Mis manos se crispan en el acero
con el silenciador nadie escucharía…

Hoy la dejo ir
pero me quedo con parte de su vida
Mañana vendrá a mí
abstraída por cualquier camino
entonces la conjugaré en pasado

Dicen que soy profesional
pero sólo soy un tahúr que en cada disparo
apuesto a muerte la vida

Tengo la sorpresa de mi lado
Sé que mueren una vez
mientras yo me hundo con cada uno ellos
todos los días

¡Ahora te tengo a ti en la mira
y mi dedo no tiembla!

2 comentarios:

Rosa Maria Fiocchetta dijo...

La realidad con que has pintado al fracotirador me ha conmovido al punto de casi inclinarme de la pantalla del monitor. Luego he pensado:- "solo es un gran artista"

Juan Carlos Céspedes (Siddartha) dijo...

Rosa, tu comentario me conmueve y pienso que si logro que siquiera una persona se conecte con un texto mío, me doy por bien servido.

© Todos los textos son de propiedad exclusiva de Juan Carlos Céspedes (Siddartha)

El material de este blog puede ser reproducido citando la fuente y el autor

La otra orilla…
Todos los poetas hablan de ella
Pero no hay otra
Esta es la única.

Te ofrezco mi amistad.

Tres poemas de mi cosecha

Un viaje por la fotografía.

El Oráculo de Sidarzia

Un minicuento