domingo, 27 de enero de 2013

Entrevista que me realiza la escritora y poeta Irene Ángel

Juan Carlos Céspedes: EL POETA SE DESCUBRE A SÍ MISMO CUANDO COMPRENDE LAS VOCES DE LOS OBJETOS QUE LO GRITAN.


Muchas historias, pocas palabras, es título del libro que acaba de lanzar el escritor y poeta Juan Carlos Céspedes. Sus cuentos breves que se leen en tres segundos, son contundentes para quedarse definitivamente en la memoria y el corazón, igual sus libros de poemas que le han merecido premios nacionales. El amor por la literatura, lo ha llevado a crear diferentes espacios culturales, que le han merecido el reconocimiento en su ciudad natal Cartagena de Indias, y otras ciudades de Colombia y Suramérica. Pertenece a la Asociación de Escritores de la Costa. Ha sido Presidente del Parlamento de Escritores e Intelectuales del Caribe Colombiano. Es Presidente de la Corporación Cultural Cartagena de Indias, es miembro del Movimiento literario la Generación Fallida, director de La Urraka Cartagena, un espacio para columnistas, miembro del PEN Colombia, cónsul de poetas del Mundo en Cartagena de Indias, y creador del Festival de Poesía Erótica de Cartagena de Indias. Es autor de los poemarios: 1] Siddartha, el viajero de los pies de aire; 2] La lucidez del contaminado; 3] La Herencia del Peregrino, entre muchos más, sus minicuentos han sido merecedores de premios nacionales e internacionales.


MEMORIAS DE UN ASESINO

Me fui en silencio

haciéndoles creer que estaban vivos.

                                                                 

SIN TESTIGOS

         Por el agujero que me dejó la bala

           vi el rostro de mi asesino

EN SERIE


           En mi pueblo se decía que cuando cantaban las lechuzas alguien moriría.

           Yo me aseguré que esto fuera cierto.




M.I.A: En pocas palabras, ¿quién es Juan Carlos, el poeta?

J.C.C: Esta es una pregunta que puede parecer sencilla, pero en realidad es la pregunta fundamental del ser humano. Desde la leyenda escrita en el Oráculo de Delfos es la asignatura pendiente de toda persona, y yo no soy la excepción. Deslindar al poeta del hombre es imposible porque son la misma persona. Además, me levanto todas las mañanas tratando de responderme esta pregunta, y creo que mi poesía es un intento por hacerlo. No sé, quizás algún día lo sepa.

M.I.A: Mucha gente en la Costa Caribe te sigue por el carisma que posees, cuéntanos, cómo recibes ese momento donde te reconocen muchos por tu trabajo.

J.C.C: Yo solo creo en el trabajo. Soy un trabajador de la cultura, quizás mi formación me lleva a preocuparme por los demás y el resultado es el agradecimiento de muchas personas, incluso, y esto es lo mejor, de gente a la cual no tengo el gusto de conocer personalmente. Pero nada es perfecto, y esto mismo también me genera la animadversión de algunos que ni ayudan ni dejan empujar. Sin embargo, esto último no me preocupa, uno no se puede detener a espantar los perros porque se pierde el camino.

M.I.A: Cuál es tu trabajo con Relata.

J.C.C: Con ellos no tengo ningún vínculo. Solo te puedo decir que en Cartagena de Indias el taller literario vigente más antiguo es Siembra, después viene La Urraka (con “k”) con 10 años de vida. La verdad es que La Urraka es un taller sui géneris, que se caracteriza por su extrema libertad e independencia, no creo que encaje en los parámetros formales de este programa.

M.I.A: Organizas los encuentros: el Parlamento de Escritores, cuéntanos cuándo es el próximo encuentro y a quiénes invitan.

J.C.C: Primero hay que hacer una precisión. Yo no organizo el Parlamento. El Parlamento pertenece a la Asociación de Escritores de la Costa. Soy miembro de la Asociación, pero el peso del evento recae en el presidente. Quizás la confusión que tienen muchos amigos y amigas se debe a que fui escogido Presidente del Parlamento en una oportunidad. El Parlamento se realiza para las calendas de agosto y es nacional, con algunos invitados especiales del exterior. La invitación es abierta, se establece una temática y los autores presentan proyectos de ponencias de las cuales se seleccionan las mejores. Lo que sí organizamos nosotros los de La Urraka es el Encuentro de Poesía y Arte Erótico, esto en diciembre.

M.I.A: Estás en la organización del Festival Internacional de Poesía en Cartagena a realizarse los cinco primeros días de diciembre, o eres invitado.

J.C.C: Este festival, que ya va para su versión número 16, es del poeta Martín Salas y lo organiza Siembra. No hago parte de su organización. En el año 2012 tuve el honor de ser invitado.

M.I.A: Eres un líder de la cultura en tu país, cuáles son esos programas a nivel regional y nacional que te hacen merecedor de llevar en alto la cultura literaria en Colombia.

J.C.C: En realidad no son programas del tipo institucional, lo único que he hecho es crear mecanismos para que los escritores, poetas y otros cultores del arte, no solo de Colombia, sino de cualquier parte del mundo, utilicen las herramientas o espacios virtuales para dar a conocer su trabajo, sus actividades, publicaciones, opiniones, etc.  A veces me piden mis conceptos, algunos jóvenes quieren mis consejos. Simple ley de la siembra. Das generosamente, recibes igual. Además, no creo mucho en los programas de los entes culturales, pues son creados o coordinados por gente que muchas veces no tienen idea de lo que hacen y solo les interesa llenar formatos para justificar sus sueldos

M.I.A: Tienes varias revistas digitales, háblanos de ellas.

J.C.C: Siempre el asunto de los altos costos para publicar ha sido el dolor de cabeza de los escritores. No nos engañemos, aparte de unos pocos privilegiados que cuentan con el apoyo de universidades donde laboran, de organizaciones culturales del Estado, o que manejan dineros públicos, al resto de mortales que no contamos con estas ventajas, nos toca ser muy recursivos. Afortunadamente la tecnología vino en nuestro auxilio equilibrando un poco las cosas, porque las diferencias en cuanto a calidad de lo escrito no se determina por la cantidad de libros físicos publicados, quizás sirva para embaucar tontos, pero no al lector avezado. Este preámbulo para responderte que esta situación me llevo a “montar” la Revista Virtual La UrraKa, así, con “K”, porque muchos piensan que está mal escrita. Con ello quise que mis amigos y amigas tuviesen un espacio para publicar sus trabajos. Posteriormente la amplié a nivel internacional y te cuento que ha sido un éxito rotundo por la gran acogida que ha tenido. Otras de las facetas del escritor donde poco encuentra posibilidades de escribir es en los periódicos, es decir, un gran número de escritores desean ser columnistas de diarios o revistas, y ello es muy difícil por múltiples factores que no voy a mencionar por tiempo y espacio, así me decido a crear La Urraka Cartagena donde un grupo de escritores tienen una columna fija y periódica que les permite abordar los más diversos temas sin ningún tipo de censura. Lo de Cartagena es más un homenaje a la ciudad donde nací, no significa que la temática sea local. Los columnistas pueden escribir lo que quieran, yo solo soy un coordinador disfrazado de director.  Después vienen mis espacios personales de los que no voy a hablar para no abusar de tu amabilidad. Pero no quiero dejar de mencionar dos espacios creados por mí que amo mucho, y son dos blogs: Grandes Poetas del Mundo y Grandes Cuentistas del Mundo. Espacios estos para que los amantes de las letras disfruten a los grandes autores y maestros.

M.I.A: Tus libros de poemas, quien te lo editas, si los has editado tú mismo.

J.C.C: La experiencia obligada con lo que hago todos los días, me ha permitido aprender muchas cosas, y asimilar muchos secretos del arte de la edición. Así que esto lo he aplicado a mi propio trabajo. Soy mi propio editor, y esto no es producto de la soberbia, de la cual me encuentro muy lejos, sino de la necesidad, esto no significa que no escuche consejos de gente que sabe más que yo. Ahora acaba de salir mi libro: Muchas historias/pocas palabras, que ya se encuentra en librerías. Sabes, porque te lo manifesté en privado, lo estricto que soy en publicar. He visto a escritores “consagrados” recogiendo lo que han sacado. Me da terror que pueda pasarme lo mismo.

M.I.A: Eres renuente a los concursos de poesía o no tienes ningún problema en enviarlos todos a concursos.

J.C.C: Los concursos son importantes y necesarios. Lo que hay que tener cuidado es en qué concursos se participa. Para nadie es un secreto que hay muchísimos concursos amañados, y la literatura, como cualquier espacio donde se mueve el ser humano, no está exenta de lo bueno y lo malo. A medida que pasan los años y vas conociendo el medio, irás familiarizándote con los concursos serios y con los otros, también conocerás a los delincuentes que lo manipulan todo. Solo hay que saber discernir. Si de antemano se supieran quiénes son los jurados, sabríamos dónde participar y de cuáles huir. Nada es perfecto. Y en esto de los concursos, ganar o perder es muy relativo. Solo he ganado un concurso: el que organiza la Universidad de Córdoba en Colombia, de minicuentos. Perdido: muchos. Pero aclaro, el ganar o perder no me hace mejor o peor escritor.

M.I.A: En la poesía, qué te hace vibrar.

J.C.C: Si la poesía es un todo, todo me haría vibrar. Es decir, el poeta es un ser sensible, que ha nacido sin piel, por esto muchas cosas lo conmueven. El espectro de lo que puede emocionar a un poeta es muy amplio, y en mi caso soy muy emotivo y esa sensibilidad se ve reflejada en todo lo que escribo, producto de lo que veo y siento, ya sea en mi persona o en el semejante. El poeta es un ser empático y eso lo hace poder percibir los conflictos y dilemas de los demás.

M.I.A: La poesía eleva el espíritu de los hombres, ¿por qué crees que muchos no entienden la poesía.?

J.C.C: Todos aman la poesía, lo que pasa es que la poesía va más allá de los poemas. La poesía está en todas las artes. La Novena Sinfonía de Beethoven es pura poesía para el oído, una pintura de Van Gogh  es poesía, la voz de Adrea Bocelli es poesía, Machu Picchu es poesía. Luego entonces la gente no sabe lo que es la poesía, pero la ama en cualquiera de sus formas. El poeta lo que hace es convertir en palabras todo ello que se encuentra en el universo, él no hace la poesía, solo la transmuta de una forma a otra. Cuando la gente entienda esto, será capaz de poder amar un poema de Tagore, Neruda, Machado, Kavafis, etc.

M.I.A: Qué piensas, cuando se escucha que ya casi no hay poetas contestatarios.

J.C.C: Pienso que no es cierto. Si no hay nada más revolucionario que un poeta. Al poeta siempre se le ha temido porque encuentra muchas formas de decir la verdad, además, no hay mordaza capaz de silenciarlo. Lo que hay que diferenciar es la poesía del panfleto. A los panfletarios con la poesía les va mal porque ella huye de ellos. Es que ser contestatario no es decir: abajo este sistema de gobierno, o adelante pueblo. Eso simplemente es mala poesía.

M.I.A: Tu poesía también es contestataria o vas por todos los caminos poéticos.

J.C.C: Yo voy por los caminos del hombre, que son los mismos del poeta, es decir, todos los caminos. Nunca me han gustado los encasillamientos, así que trato de no auto clasificarme. Muchas cosas me conmueven, entonces escribo sobre ellas. Si determinada situación erótica me emociona, puedo realizar un poema erótico; y así con las injusticias, los amores, las tragedias, la muerte, la soledad, etc. Sé que hay poetas que se dedican a un solo tema, pero considero que es una lástima que se nieguen la oportunidad de explorar otras posibilidades. Muchos han querido hacer después otras cosas, pero ya es tarde, han sido etiquetados con determinado sello, y es muy difícil quitárselo de encima, sino improbable.

M.I.A: Qué te atrae de un joven escritor que está empezando.

J.C.C: La respuesta es muy simple. Mis comienzos fueron en solitario, sin ninguna o poca ayuda. Sé lo que es luchar en solitario, el egoísmo de los falsos maestros, la manipulación de los que dominan los escenarios culturales, “las mafias” que todo lo ensucian. Por esto, toda la ayuda que pueda brindar a quienes se inician, sean jóvenes o mayores, lo haré encantado. Cuando puedo enseñar el respeto por el arte, me doy por bien servido. Yo no enseño a hacer poesía porque eso es imposible. Cuando se respeta lo que se hace, se crece y se mejora. La gran mayoría solo quiere una oportunidad.

M.I.A: Eres un abogado prestigioso o un poeta famoso.

J.C.C: El derecho es una forma de vivir. La poesía es mi manera de ser. No me interesa ser un abogado prestigioso, incluso cada día tomo más distancia del ejercicio profesional. Para qué te digo que la literatura es mi vida, si creo que es tan obvio. Pero no es la fama lo que me desvela, ella es ilusoria, pasajera y falsa. Hay que hacer lo que nos corresponde, lo que nos apasiona, las cosas se dan solas. No podemos perder el sueño mirando portadas de revistas para encontrarnos, es la peor forma de destruirse. La fama hay que dejárselas a las estrellas de la televisión, del cine, la política, ellas sí necesitan ese tipo de reconocimiento. La poesía es otra cosa.

M.I.A: Cómo combinas el derecho con la poesía.

J.C.C: Todo es asunto de disciplina. A mí no me vende el asunto del poeta bohemio. En literatura cada quien labra su propio camino para ser auténtico, no se trata de seguir huellas, ya lo advirtió el poeta Robert Frost. El abogado declina, el escritor lo sustituye. Un día muy cercano le diré adiós para siempre a esta profesión, que por cierto, me ha permitido conocer al ser humano en toda su dimensión, y este conocimiento aplicarlo a la literatura.

M.I.A: Crees que volverán a nacer los poetas, estilo cantautor Víctor Jara.

J.C.C: Yo creo que siempre los ha habido, lo que sucede es que a él y a muchos de su generación los cobijó un boom de la industria discográfica y la mítica llegada al poder de los barbudos de Cuba y la figura legendaria del “Che” Guevara, ejemplo que se extendió por toda Latinoamérica creando movimientos culturales de toda índole. Hoy en día la industria no está interesada en estas creaciones y mucha música se queda en las gavetas. Pero estoy seguro que en este mismo momento hay un poeta con una guitarra cantando o componiendo un tema de protesta.

M.I.A: Cuál estilo te gusta en la poesía.

J.C.C: A mí me gusta la buena poesía, la buena literatura. Yo creo que si el arte es bueno, no importa el empaque que traiga. Lo de los géneros obedece más a un afán humano de clasificarlo todo para poder comprender. A mí me encanta el buen teatro de Shakespeare, la Odisea es maravillosa, la poesía erótica cuando es sugerente es divina, la poesía directa de Bukowski me llega, pero no te voy a negar que tengo cierta inclinación por la lírica. Creo que es más de las entrañas, menos cerebral, por ende más auténtica. Pero esto no es más que mi verdad; cada quien tiene la suya.

M.I.A: Dictas talleres de poesía, qué les dices a tus alumnos en estos talleres.

J.C.C: Primero hay que entender que son dos tipos de talleres según mi experiencia. Uno, cuando los participantes son del tipo “programas institucionales”, entonces la selección del personal es heterogénea, pues algunos ni siquiera desean estar allí, y a los organizadores solo les importa cumplir con el programa. Me ha tocado casos en que los niños o jóvenes no saben para qué fueron reunidos. Estos son los más difíciles, entonces me enfoco en la importancia de la lectura y su utilidad en sus vidas presentes y futuras, “les hago trampas” y les deslizo algunos poemas muy famosos, les enseño la posibilidad de comunicar pensamientos y sentimientos a través de la literatura, todo en forma lúdica. La idea es entusiasmarlos para que entren al mundo de las letras. Dos, son los participantes con deseos de saber sobre poesía y literatura en general. Aquí el trabajo es más cómodo, pero no más fácil. Lo fundamental es el respeto por la poesía, por la precisión de la palabra, por la disciplina, huir de los lugares comunes, leer mucho, la importancia de revisar y corregir constantemente, tener la mente abierta a todas las posibilidades creativas, aprender respetar el trabajo ajeno, ser humildes, a ser pacientes y a buscar una identidad propia, y lo más importante: nunca dejar de aprender.


LES DEJO UN POEMA 


MEMORIA CONTRA EL OLVIDO



A Víctor Jara, una voz que no cesa.

Sé que tus manos

se hicieron pájaros antes de la muerte

No supo el verdugo

lo imposible que fue matarte
los asesinos no saben
que los cantores no necesitan la voz
cuando el pueblo los canta

Dicen que en el estadio de Santiago

por las noches se escucha tu voz
cantando “Te recuerdo Amanda”
y una bandada de aplausos
cruza la noche oscura buscando el alma.

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