domingo, 7 de octubre de 2018

Prólogo al libro Hermanados por las letras Antología III


Prólogo

El mundo era un lugar inmenso, donde solo los audaces y las palabras podían atravesarlo, para llevar las noticias y los acontecimientos de toda índole que se sucedían en él. Pero esa misma dimensión se fue acortando con el paso de los años y hoy solo estamos a la distancia de un libro.

Donde quiera que esté el ser humano, ahí está la parola, que es el testimonio de la inmortalidad del pensamiento, única forma de trascendencia distinta a los conceptos religiosos, siempre determinados por las diferentes culturas que pueblan la terra nostra

Y es en el arte donde el ser da lo mejor de sí —incluso desde lo catártico—, la suprema manera de oxigenar la existencia, siempre cercada por las distintas formas de opresión y angustia, que genera esa competencia constante e irracional de la lucha por la supervivencia en que han querido convertir la vida, reducida a un simple artículo del mercado global, con que se ha pretendido, además, automatizar al hombre. Pero ahí está siempre el arte, al alcance de los más diversos creadores, verdadera señal de resistencia contra la deshumanización, salvando la dignidad humana y brindando la esperanza de que siempre hay una oportunidad más sobre la faz de la tierra. 

En Cartagena de Indias, ciudad marcada a fuego por la historia, dos poetas y gestores culturales: Luz Marina Zuluaga Tinoco y William Rodríguez Guerrero, han tenido la genial idea de hermanar a hombres y mujeres (escritores y poetas) a través de la literatura, y por medio de los autores, a todas las personas que quieran abrevar en las prístinas aguas de la creatividad artística. 

«Hermanados por las letras», es el nombre de este proyecto cultural, que llega a su tercera versión, venciendo todos los obstáculos posibles, gesta que viene acompañada, no solo de la convocatoria a un gran número de cultores de la palabra, para que hagan parte de una antología de cuento y poesía, sino que también incluye un encuentro en vivo de estos mismos artistas, para el valioso y necesario intercambio de pensamientos, quehaceres, culturas, que enriquecerán el acervo vivencial de cada uno de los miembros hermanados, que tuvieron a bien aceptar esta invitación.

Las letras de varios países se reunirán en torno a la fogata sagrada de la poesía, donde derramarán la rica savia que identifica a cada poeta, a su nación, a su imaginario social, y esa mezcla de arte, hará la fiesta en cada jornada de lecturas, en cada escenario donde se presenten los aedos con la riqueza propia de sus creaciones. Serán rutas de lúdica, fraternidad, asombros, génesis en las manos y las mentes que asistirán a la renovación, una vez más, del fuego sagrado de la poesía. 

Pero igualmente la prosa tiene su espacio y reconocimiento, como parte esencial del arte escritural. Los cuentistas asimismo nos aportarán sus saberes, sus experiencias y estrategias creativas, también libarán junto al fuego, porque tienen la sabiduría milenaria que hay detrás de cada cuento, de cada historia, de todos los autores del mundo que se han vertido en las páginas del tiempo y de la historia.

«Hermanados por las letras» es un ejemplo, no solo para el mundo literario, sino para todas las comunidades y grupos sociales, por sus posibilidades de transcender las diferencias e ir más allá de los distintos aspectos del convivir humano, esos que dividen, que enfrentan, que destruyen los sueños y las interacciones entre los artistas. Este es un proyecto desde la construcción, del fomento de tejido de amistad, donde se conjuguen las mejores características del ser.

Lo más importante es que este esfuerzo de hermanamiento de los pueblos a través de sus representantes literarios, no quedará en el vacío, ni será parte del olvido, ya que un libro dejará testimonio de este hecho cultural, para memoria de que los ideales pueden cumplirse. Pero también quedará la prueba visual del encuentro, ya que el poeta William Rodríguez, cámara en mano, se encargará de que cada escritor o vate, quede grabado para la posteridad en imagen y sonido. Felicitaciones a cada uno de los autores que aceptaron participar en esta antología, ya hacen parte de la historia de Hermanados por las letras, un canto a la cultura, a la paz y a la poesía. ¡Eterna sean vuestras letras!

Juan Carlos Céspedes Acosta
Cartagena de Indias, 30 de julio de 2018

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