En mi país
los ojos son de lluvia
y los perros beben su sed
con
cuencas homicidas
La gente siembra los senderos
de pies, brazos o sus vidas
La siega no tiene notario
cuando
vuelan las esquirlas
En mi país
la noche se llena de agujeros
las personas desaparecen
y
heredan sus cosas al olvido
Seres sin luna
aprenden en el río el lenguaje del
pez
Un viaje lleva a otras orillas
donde
se pudren
En mi país
nos escondemos tras las rejas
y atrapados por el miedo
entregamos
cuotas de libertad
De las calles desaparecieron las
ventanas
las puertas no abren a los gritos
Uno se muere manchando la acera
solo y sin testigo
En mi país
las muñecas quedan huérfanas
El bautizo y la mayoría de edad
lo propina la esquina
En mi país no se puede acampar
la
muerte conoce los caminos
Nadie se sentará con sus cuentos
al fuego y los amigos
ni provocará de noche los mitos
porque
menos la vida todo tiene señorío
Escribo desde un país en guerra
donde cada día muero un poco más
hasta que solo queden los deudos
con ropas tiznadas para
que al fin crean
En mi país
puedes estar muerto sin saberlo
solo te enteras cuando veas
tu
sangre por el piso
En mi país uno se muere de
cualquiera.
©Juan Carlos Céspedes Acosta
Texto del libro: La lucidez del contaminado
No hay comentarios:
Publicar un comentario