jueves, 23 de marzo de 2023

Prólogo nuestro al poemario El lamento de los vientos de la escritora y poeta Damaris Castro

Prólogo.-

En la poesía de Damaris Castro Ospino se vuelca la pasión, el sentimiento, la memoria, el amor por el terruño, por lo vernáculo, todo aquello que trae el campo, las vivencias frente a los elementos, los objetos, las cosas que se llenan de la esencia de las personas, pero también las gentes que se llenan de la esencia de las más variadas cosas. Es una autora pura dermis, sensibilidad desbordada, lo que le permite impregnarse de vida, de la naturaleza, hacerse al lenguaje cifrado de las criaturas más disimiles, propio esto de quien tiene la empatía del don poético para poder acceder a lo profundo de los universos, lo que ella logra con su lírica sencilla y poderosa.

Siempre se ha dicho que el poeta tiene los sentidos en desarrollo sumo, capaz de verlo todo, incluso lo más recóndito, quizás como el gigante Argos de los cien ojos de la mitología griega, que desde una altura figurada y espiritual, puede ser capaz de entrar o traspasar el alma de las personas o las cosas. Creo, según lo puedo apreciar en sus textos poéticos, que Damaris Castro Ospino tiene esa sensibilidad de hacer la lectura total de la materia y del espíritu, por ello puede hacernos sentir y vivir lo que ella capta, comunicarnos a través de su palabra con la vida y sus elementos. 

¿Acaso no somos seres sociales? ¿Qué, no precisamos entablar vínculos con los demás seres humanos? Claro que sí, ya lo señaló palmariamente el filósofo del Liceo, Aristóteles, quien manifestaba que al no ser dioses ni animales, nos era vital comunicarnos con el otro, con el semejante, y ¿qué mejor medio y más sublime de comunicación que la poesía? Esto lo entendió nuestra poeta, por esto nos presenta su obra Lamento de los vientos, donde extiende sus manos y sus voces hacia nosotros, para traernos sus experiencias, las señales que pudo descifrar en su encuentro con la brisa, con el misterio del agua, con la tierra en su plenitud, con sus frutos, con todo aquello capaz de ser aprehendido por los sentidos.

En este libro hay una gran riqueza de imágenes, las mismas fluyen diáfanas y libres hacia la psique de cada lector, porque cada imaginario hará su propia lectura y se impregnará de los ejercicios vivenciales de la poeta, y los paseará de la mano de sus sentidos por sus tristezas, alegrías, confusiones, asombros y todo el etcétera posible que conlleva el milagro de vivir. Pero no es solo su propia vida, sino que también se hace voz de la gente de su entorno, de su sangre, de sus lazos afectivos, personas que cargan también el misterio de vivir sin poseer el don de darle forma a sus pasiones, y es aquí donde la poeta, en su empatía, le da su arte a paisanos, al familiar, al anónimo y le brinda la posibilidad de expresarse a través de ella, lo cual jamás podría hacer sino viniera alguien en su ayuda.

Ya Tolstoi nos enseñó para siempre, que lo universal puede ser cualquier aldea remota, lo cual ratificó García Márquez con su Macondo, que no es necesario tener como escenario Paris ni Londres para ser el mundo, porque este puede ser cualquier rincón humilde donde fluya la vida, y donde quiera respire una persona, la poesía irá por ella para darle el valor que merece, y no es necesario el lenguaje sofisticado y elitista para darle vida, ya que la palabra tiene el poder de hacer trascendente lo más simple y rústico. Este es un poemario reivindicatorio de lo elemental, de lo aparentemente superficial, de las cosas de todos los días, de aquellas que de tanto verlas dejamos de mirarlas en su esplendor, porque el milagro que sucede a diario frente a nuestros ojos pierde su poder y lo miramos como un hecho rutinario, pero Damaris Castro Ospino viene al rescate de las maravillas de la existencia y nos llama la atención para que apreciemos de nuevo y recuperemos los prodigios que tiene la naturaleza.

Lamento de los vientos es una obra ambiciosa, que pretende expandir las palabras sobre un espectro amplio de hechos y elementos, no diré yo si la poeta lo logra en todo sentido, porque también los lectores tienen el derecho al goce de pasear por estos versos acrisolados, tensados como se afina la cuerda para sacar sus mejores notas. Solo adelantaré que será una experiencia enriquecedora, placentera, mística en ciertos textos, fiestera también, de gozo pleno, ilustrativa para el citadino de siempre, canto agrario y victorioso del campo. Sin embargo, la poeta también le da lira a sus sentimientos, también es mujer amante, mujer amor, mujer poeta, y su hacer existencial encuentra en sus versos la mejor forma de dejar su huella, la de sus afectos y tristezas, todo lo que la hace inmensamente humana. Así que, estimado lector, la poesía llega a ti como un viento tenue y si aguzas tus sentidos, podrás escuchar para siempre sus lamentos, que también pueden ser los tuyos. 

Juan Carlos Céspedes Acosta

Cartagena del Caribe, 7 de febrero de 2023 

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